En la vorágine de nuestras vidas, muchos de nosotros nos encontramos aferrados a la planificación y el control como una boya en un mar tempestuoso. Esta necesidad de tenerlo todo bajo control puede ser agotadora y, paradójicamente, puede generar más ansiedad. En este artículo, exploraremos las razones detrás de esta tendencia a la sobre-planificación, cómo afecta a nuestra salud mental y algunas estrategias para aprender a soltar.
Entender la necesidad de planificar todo
La conexión entre control y ansiedad
Según los psicólogos Victoria Guernon y Baptiste Carreira Mellier, un deseo excesivo de planificación y control está frecuentemente ligado a sentimientos de ansiedad. Esto es especialmente cierto para individuos que ven la falta de control como una amenaza. Estos comportamientos están a menudo relacionados con trastornos de ansiedad, incluyendo el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) (Guernon).
El círculo vicioso del hipercontrol
Mientras intentamos tener todo bajo control, podemos aumentar nuestro nivel de ansiedad cuando fallamos en mantener esa maestría. Esto crea un círculo vicioso: cuanto más tratamos de controlar, más ansiosos nos sentimos y más nos vemos obligados a planificar (Guernon).
Las raíces psicológicas del hipercontrol
Deseo subyacente de previsión
Saverio Tomasella, psicoanalista, sugiere que la necesidad de anticipación a menudo esconde un deseo de no perder la cara o de no experimentar vergüenza ante cambios inesperados (Tomasella).
Los efectos del control excesivo en la salud mental
Ansiedad y estrés relacionados con el control
Es importante entender que esta lucha constante por el control puede generar altos niveles de estrés y ansiedad. Esto puede resultar en diversos problemas de salud mental, como trastornos del sueño, dificultades de concentración e incluso depresión.
Estrategias para aprender a soltar
Aceptar la incertidumbre
Aprender a vivir con intranquilidad es esencial para reducir la ansiedad relacionada con la necesidad de control. Admitir que no todo está bajo nuestro dominio nos permite liberarnos de las exigencias autoimpuestas y vivir más tranquilamente.
Poner los problemas en perspectiva
Evaluar los problemas desde una perspectiva más amplia puede ayudarnos a minimizar nuestra angustia. Al poner las cosas en su justa medida, podemos romper el ciclo de ansiedad y planificación excesiva.
Prácticas de meditación o conciencia plena
Estas técnicas pueden ser útiles para centrarse en el momento presente y disminuir el estrés. La meditación consciente nos ayuda a tomar distancia de nuestros pensamientos y emociones, permitiendo un mayor control sobre nuestras respuestas a las situaciones.
Expresar emociones
No reprimir nuestras emociones y hablar sobre ellas puede contribuir a aligerar la carga que sentimos. Al compartir nuestros temores y preocupaciones, podemos sentirnos menos solos y más comprendidos.
Una vez entendido el por qué de nuestro impulso controlador, es crucial aprender a soltar y relajarnos en medio del caos cotidiano. Conocer nuestras raíces psicológicas nos da una herramienta para manejar mejor nuestro propio estrés.
Lidiar con la incertidumbre no significa renunciar, sino reconocer que hay aspectos fuera de nuestro control. Esta comprensión puede liberarnos de las cadenas de sobrecarga mental y abrir un camino hacia experiencias más auténticas y gratificantes. Así, no sólo lograremos tranquilidad, sino también aumentaremos nuestra capacidad para disfrutar de la espontaneidad y la alegría en nuestra vida diaria.
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